Fue una conversación sobre el fluir. Comenzó por un lugar que yo no esperaba y no había forma de unirlo con lo que yo tenía pensado compartir, es decir, se salió de mi control... Fue lindo darme cuenta de que este ha sido la gran lección que la vida me ha entregado en este tiempo. Ha sido como montarme en un barco y seguir por el cauce del rio, sin saber por dónde voy a pasar, confiando en que voy a llegar donde tengo que llegar…
En ese viaje pasamos por reconocer que el foco está en nosotras, en nuestra alineación con la vida, lo que nos lleva a tomar decisiones buenas y verdaderas, aunque a veces estas sean difíciles, como dejar relaciones, soltar máscaras que nos han protegido antes, o emprender luchas por cuidar aquello que nos importa.
Pasamos también por el agradecer los regalos que nos ha traído este tiempo, los aprendizajes y las bendiciones. Fue un construir entre todas, con amor, compasión y escucha…
Cada una se llevó lo que tenía que llevarse de este espacio y yo me llevé la satisfacción de abrirlo, sostenerlo y saber que hay una LUZ que nos ilumina y nos entrega a cada una lo que tenemos que recibir.
Gracias por ser parte de este gran tejido
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