El miércoles nos reunimos personas de diferentes edades, en momentos de vida muy distintos, y al mismo tiempo, nos encontramos en el tema de la incertidumbre. Y es que, estar en la incertidumbre es lo que caracteriza la vida, y sin embargo, creemos que tenemos el control de la misma en la mayoría de momentos, hasta que llegan aquellos que nos dicen: “es momento de hacer un alto, es momento de cambiar, es momento de tomar decisiones, qué vas a hacer ahora? ya no puedes seguir igual”….
Y esos momentos nos suceden de mil maneras! Piensa en las situaciones en las que esto te ha pasado en la vida… ahora que lo estoy escribiendo, me encuentro con muchos momentos en los que esto me ha pasado, y me atrevo a afirmar que será algo que seguirá sucediendo hasta el final de mi vida…
Hablamos de muchas cosas! Entre ellas apreció el poder que tenemos de diseñar eso que queremos… la posibilidad que tenemos de mirar todas las posibilidades de manera negativa… y seguro asI será! … pero también de verlo como una oportunidad de mejorar las cosas y de que las cosas cambien.
Apareció el miedo, esa emoción que puede estar tras la sensación de descontrol. Y surgió la conversación sobre la fe, sobre sentir, y SABER que las cosas están sucediendo por algo y que, seguro nos va a suceder lo mejor que tenga que pasar. Y es que cuando nos conectamos con la fe, sabemos que podemos acudir a algo mas grande que nosotras, que nos sostiene constantemente. Saber que no estamos solos en esta incertidumbre, que hay una consciencia y un entender mucho más grande que nuestra limitada mente humana. Hablamos sobre el agradecimiento hacia la vida, como una forma de conectarnos con nuestra fe, con ver pequeñas cosas como un lenguaje en el que nos comunican la presencia superior. Y mencionamos el verdadero agradecimiento como forma de encontrar la felicidad en el momento presente, para reconocer que somos suficientes y todo está bien.
También mencionamos nuestro poder de decisión y la importancia de hacernos dueños de las decisiones y de sus consecuencias. De evitar justificarnos por lo que estamos haciendo, de evitar otorgarle la responsabilidad por lo que hemos decidido a otros (por sus opiniones o por el beneficio que hemos pensado que puede tener) y sentir, realmente, que la vida esta en nuestras manos.
Finalmente, hablamos sobre la necesidad de actuar. De asumir las riendas y también de vivir la confusión, aceptarla, para poder salir de ella con el aprendizaje que tengamos que hacer.
Antes de terminar, no quiero dejar de mencionar un mensaje que me llegó: "que la incertidumbre sea vivida desde la no expectativa y dejarnos sorprender por la magia de lo inesperado"…. Gracias por esta liviandad!!!!
Un abrazo y hasta la próxima!